jueves, 14 de noviembre de 2013

ASÍ ES LA COSA: ¡QUÉ MANERA DE HACERLO MALL!

En el Ministerio de Desarrollo Social


A contramano de las promesas electorales que hace casi 4 años nos hiciera el hoy presidente Piñera, el Estado lejos de racionalizar recursos, hacer más efectivo el logro de metas y reducir su tamaño, ha participado, tal vez como nunca, de la ineficiencia en materia de uso de recursos públicos para la generación de beneficios y de la ineficacia en el logro de los objetivos que se plantearon hace cuatro años. Los ejemplos están a la vista y los hemos experimentado en nuestro Ministerio.

Más de 12 millones de dólares gastados en la implementación de una nueva Ficha de Protección Social, instrumento que aún no termina de ver la luz y que probablemente será intervenido y mirado con lupa por la próxima administración. Otros tantos millones puestos en el producto estrella que prometía la superación de la extrema pobreza en el 2014; el mal llamado Ingreso Ético Familiar. Por esa vía, se duplicó la dotación de nuestro Ministerio, pasando de poco más de 800 funcionarios, entre plantas, contratas y honorarios hacia fines de 2010 después de despidos masivos, a un número superior a los 2.000 funcionarios en septiembre de este 2013, 1.000 de los cuales se encuentran bajo el régimen contractual de honorarios, con contratos precarios, pero con remuneraciones muy por sobre el promedio del personal que lleva 8 años y más en este Ministerio.

Estos datos son la punta del iceberg de una crisis institucional, que entre otras cosas, amenaza con la pérdida del PMG y tal vez de los CDC en algunas regiones. Mientras esto ocurre y llueven las denuncias por parte de nuestra Asociación, permanece sin conducción la División de Promoción y Protección Social y la jefatura nacional de Ingreso Ético familiar.

Los llamados planes de contingencia para abordar los riesgos que enfrentan las metas de los Programas Vínculos y Caminos, han sido finalmente diseñados por los equipos regionales y a la fecha un número significativo de regiones no cuenta con los recursos suficientes para garantizar su éxito, en medio del Paro Nacional de Funcionarios Municipales, que introduce una variable que la Administración Central, como siempre en estas materias, no supo dimensionar.

¿Por qué esta incapacidad de la autoridad para dar conducción, gestionar recursos y nombrar reemplazantes en áreas tan sensibles para el cumplimiento de nuestras metas de gestión? O ¿se trata simplemente de indolencia y desprecio por los trabajadores públicos de nuestro Ministerio, que arriesgan una disminución significativa de sus remuneraciones el 2014?

En tanto, se observa una diligencia tardía y a ratos atarantada en la preparación y llamado a concurso para proveer cargos del tercer nivel jerárquico, con procedimientos al menos confusos y Bases que llaman a la suspicacia, para muestra un botón: Ponderar las capacitaciones por actividades de capacitación y no por horas de capacitación, ¿curioso no? 

Así, un postulante podrá obtener mayor puntaje que otro si acumula 4 o más actividades de capacitación aunque éstas sumen 20 horas, mientras que quien haya asistido sólo a 3 actividades de capacitación, obtendría menos puntaje, aunque dichas capacitaciones sumen 80 horas y más. En fin, ha sido el tiempo del absurdo, descriterios como éste han estado a la orden del día en este Ministerio.

Pero no sólo por la vía de los “concursos” parece apresurarse ahora esta administración en dejar “consolidada su obra”, observaremos en estos próximos meses cómo se traspasa a la contrata a un número significativo de personas a honorarios, cuestión que bajo otro escenario sería destacable, sin embargo, no puede aplaudirse una medida en la que gran parte de los honorarios que se traspasen a la contrata lo harán en condiciones de evidente privilegio respecto a funcionarios que llevan años laborando en grados y con remuneraciones que no reflejan la experiencia y conocimiento que han alcanzado.   

Estas preocupaciones son parte acotada de un número significativo de problemas que hemos denunciado durante este período y para los cuales siempre recibimos respuestas dilatorias o simplemente silencio.

Como funcionario de región y como dirigente nacional del gremio, creo que es un deber ser persistente en la denuncia, único espacio que nos dejó la autoridad.

Ya vendrán tiempos mejores; tiempos en que deberemos rehacer un Ministerio desde su orgánica hasta su visión y misión, desvirtuada en estos años. Para los tiempos que vienen esperamos que nuestra disponibilidad al diálogo y nuestra capacidad de propuesta, al menos, encuentre interlocución. Si así no fuera, seguiremos denunciando, porque lo que no nos pueden quitar, es la libertad sindical. 

Nelson Soto Martínez
Director Nacional ASOFUMI 

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