NUEVA FICHA SOCIAL: EL DEBUT FALLIDO
El primero de junio recién pasado debían aparecer los
primeros puntajes de la “Nueva Ficha
Social”, al menos ese fue el compromiso de nuestros Ministro ,
difundido en diversos medios de comunicación. Así también lo anunciaba la
página oficial del Ministerio y así se había comunicado a las comunas del país.
Por tercera vez, como en el cuento de Pedrito, el lobo no llegaba, antes
habían anunciado su debut para enero de 2013, luego para marzo de 2013.
Todos estos intentos fallidos parecen no requerir de una explicación seria por
parte de nuestras autoridades hacia los municipios, que son quienes han sostenido el proceso por más de dos años y
mucho menos se han preocupado de darle explicaciones a una ciudadanía que
observa confundida otro desacierto de los “gerentes”.
Pero esta historia tiene su génesis en el 2010, cuando
con cierta pompa, tan característica de esta administración, se constituyó el Comité de Expertos que debía hacer el
diagnóstico de la Ficha de Protección Social y proponer su perfeccionamiento,
visto que era ampliamente compartido que la Ficha de Protección Social, no
obstante la importante cobertura
alcanzada, generaba problemas para
focalizar adecuadamente las prestaciones y subsidios del Estado.
Los resultados de aludido Comité de Expertos fueron plasmados en un documento de más de 120
páginas que, sin dejar de reconocer los méritos de la Ficha de Protección
Social, propuso mejoras a partir de la misma, constatando un conjunto de tareas pendientes referidas a la
institucionalidad que sostenía el
instrumento, como al propio instrumento
y a su modelo de cálculo.
Gran parte de
las causas del problema observados por el Comité, eran parte de los consensos identificados por
la comunidad vinculada al trabajo con la Ficha, consensos a veces implícitos,
otras explícitos; pero expresados en foros y espacios de discusión. Si bien el Comité no hizo sino constatar un
diagnóstico relativamente compartido, no es menos cierto que sistematizó y
relevó las causas del problema y en esa
perspectiva parecía una plataforma suficiente para iniciar el proceso de
reformas a la Ficha de Protección Social, puesto
que en la intención del Comité nunca estuvo el diseño de un nuevo
instrumento, ni el re-encuestaje total de la población.
La validación administrativa de los datos reportados, el diseño de un nuevo modelo de
cálculo, la incorporación de nuevos índices y el ajuste de otros, la
normalización de los procesos de gestión al interior del Ministerio y en
conjunto con otros Ministerios, especialmente con las municipalidades; la
instalación del proceso de supervisión, la nivelación y normalización de los
procesos de levantamiento de información,
la determinación de los costos del proceso y su financiamiento, entre
otras materias, constituían tópicos que habían estado en la preocupación
original del instrumento, pero que, como muchas otras cosas, no avanzaron
durante los tres primeros años de existencia de la Ficha de Protección Social. Sea por lo que fuere el diagnóstico no era
novedoso y por lo mismo era ampliamente compartido.
Pero lo que pudo haber sido el perfeccionamiento
necesario de un instrumento de
focalización, hecho sobre la base de lo que ya existía, se convirtió, como
otros empeños, en tarea fundamental; en
otra de las cruzadas por refundar el Ministerio.
Y el discurso moderado del Comité de Expertos mutó en un conjunto de titulares que anunciaban a partir del 2011 el cambio en
360º grados de una FPS inservible a una Nueva
y Justa Ficha Social. Conocido es en esta refundación el acto casi ritual del Ministro
Lavín rompiendo la
antigua Ficha frente a las cámaras. Nada más patético a la
luz de lo que ha venido ocurriendo: lo cierto es que la refundación hecha sobre
la marcha, bajo la impronta, en el camino
arreglamos la carga, se les enredó al punto que pone en riesgo su
existencia futura.
Y como toda Misión
requería del sacrificio y adscripción total, no sólo de quienes la acometían,
también y por sobre todo, de los socios estratégicos: los municipios; así como
la de los propios ciudadanos sujetos de la estratificación. La
cohesión interna y la alineación de los funcionarios a cargo de los procesos en regiones se trabajó
sistematizando la participación regular de los encargados regionales en
jornadas a partir de las cuales se fue revisando y ajustando el proceso de
implementación.
Lo cierto es que ninguna decisión importante pasó por
esas jornadas de trabajo y éstas más bien se usaron para validar decisiones ya
tomadas, bajo la lógica de la participación. En esta estrategia se utilizó a
las regiones para que ordenadamente
hicieran la bajada a las comunas y a los equipos municipales, los cuales finalmente han sido los que han
tenido que soportar el peso de un proceso hecho con la absoluta prescindencia
de quienes hacen el día a día. La desconsideración a los municipios ha sido
grosera, no sólo por la falta de rigurosidad en el cumplimiento de las etapas; la carga laboral impresa en estos años a los equipos comunales ha
doblado sus capacidades reales y el Ministerio lejos de transferir más
recursos, ha trasferido menos recursos para el encuestaje; porque si bien es
cierto que el valor unitario por encuesta ha subido levemente respecto de los valores históricos
cancelados, no es menos cierto que la tarea es hoy significativamente superior
al incorporarse un cuestionario que ocupa más tiempo en terreno y una fase de
gabinete previa, como lo es el Registro
de Residentes.
Por otro lado,
los beneficiarios del sistema han sido objeto de decisiones francamente autoritarias,
dejando sus Fichas de Protección Social
sin puntajes, denominándoseles en estado
de revisión, cuestión que a muchos les ha significado perder beneficios,
por el sólo hecho de no haber acudido a la convocatoria para la aplicación de la Nueva Ficha ;
convocatoria que el Ministerio ha instruido se realice mediante cartas, como si
convocar a un proceso, desde ya complejo, fuese tan simple como remitir una
carta escrita con códigos centralistas, no necesariamente comprensibles para
toda la población.
Pero lo que no deja de llamar la atención es la
elaboración de un cuestionario antes de haber definido y rediseñado el modelo
de cálculo, ello se explica por la necesidad de mostrar resultados por sobre
procesos bien hechos. Bajo la asesoría de otro grupo de expertos se elaboró
este cuestionario, por cierto cuestionable en términos de la construcción de
las preguntas y los fraseos, documento que recogió en gran medida variables ya
contenidas en la Ficha de Protección Social.
Así, se partió encuestando sin saber aún qué variables
serían las que finalmente ponderarían. Es curioso que en ésta como en otras
materias, no se hayan recogido las propuestas del Comité de Expertos, que estableció un itinerario lógico en el
proceso de la Nueva Ficha ;
esto es, que los bueyes debían empujar la carreta, es decir, que una vez listo
el modelo de cálculo, se avanzara en la construcción del cuestionario.
De otro modo,
el proceso de implementación pareció no considerar las necesarias
modificaciones normativas y administrativas que debían estar garantizadas para
hacer la transición de un instrumento a otro, especialmente en otros
Ministerios y Servicios que se valen de la Ficha para focalizar sus beneficios
sociales.
En suma la lista de desaciertos es larga, tan larga
como los más de tres años transcurridos desde que el presidente Piñera
anunciara en su discurso del 21 de mayo de 2010 el perfeccionamiento de la FPS,
un período completo para otra promesa incumplida.
En esta breve columna no alcanzamos a desarrollar cada
uno de los despropósitos y los sin sentidos de este proceso, se nos queda el
Call Center para la Ficha
Social , que posee aristas más complejas, no sólo por
representar un modelo ajeno a las necesidades de los beneficiarios, sino
también por dimensiones que el tiempo sabrá sacar a la luz y que nosotros
observaremos con atención.
Nos gustaría hablar de los Manuales para operadores de
la Nueva Ficha (encuestadores, digitadores) en los que se han incorporado
sucesivas fe de erratas, demostrándose con ello, la improvisación en esta
materia; son más de 7 orientaciones complementarias, que lo que hacen, es ir llenando los vacíos
de un instrumento que utilizó de mala manera el método del aprender haciendo.
Hoy, cuando junio comienza a enrumbarse en su primera
semana, las municipalidades permanecen ignorantes de las razones de esta nueva
postergación. El estilo del secretismo en la toma de decisiones que ha sido
frecuente, golpea y desconcierta a quienes más informados deberían estar,
precisamente los equipos municipales que trabajan cara a cara con la comunidad
y quienes hoy, no tienen respuesta frente a las interrogantes de los
ciudadanos.
Algunas preguntas
nos surgen de inmediato ante este debut fallido: ¿qué hay detrás de
esto? ¿se trata de una simple razón técnica? ó ¿se esconden las causas
políticas más complejas? Acaso ¿hay cifras que no están calzando? ó ¿resultados
poco convenientes en una coyuntura electoral?
Que cada uno saque sus conclusiones.
Directorio Nacional Asociación de Funcionarios ASOFUMI
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