martes, 4 de junio de 2013

Columna Quincenal: NUEVA FICHA SOCIAL

NUEVA FICHA SOCIAL: EL DEBUT FALLIDO


El primero de junio recién pasado debían aparecer los primeros puntajes de
la “Nueva Ficha Social”, al menos ese fue el compromiso de nuestros Ministro, difundido en diversos medios de comunicación. Así también lo anunciaba la página oficial del Ministerio y así se había comunicado a las comunas del país. Por tercera vez, como en el cuento de Pedrito, el lobo no llegaba,  antes  habían anunciado su debut para enero de 2013, luego para marzo de 2013. Todos estos intentos fallidos parecen no requerir de una explicación seria por parte de nuestras autoridades hacia los municipios, que son quienes  han sostenido el proceso por más de dos años y mucho menos se han preocupado de darle explicaciones a una ciudadanía que observa confundida otro desacierto de los “gerentes”.

Pero esta historia tiene su génesis en el 2010, cuando con cierta pompa, tan característica de esta administración, se constituyó el Comité de Expertos que debía hacer el diagnóstico de la Ficha de Protección Social y proponer su perfeccionamiento, visto que era ampliamente compartido que la Ficha de Protección Social, no obstante la  importante cobertura alcanzada, generaba   problemas para focalizar adecuadamente las prestaciones y subsidios del Estado.

Los resultados de aludido Comité de Expertos fueron plasmados en un documento de más de 120 páginas que, sin dejar de reconocer los méritos de la Ficha de Protección Social, propuso mejoras a partir de la misma, constatando  un conjunto de tareas  pendientes referidas a la institucionalidad  que sostenía el instrumento,  como al propio instrumento y a su modelo de cálculo.

Gran parte  de las causas del problema observados por el Comité,  eran parte de los consensos identificados por la comunidad vinculada al trabajo con la Ficha, consensos a veces implícitos, otras explícitos; pero expresados en foros y espacios de discusión. Si bien el Comité no hizo sino constatar un diagnóstico relativamente compartido, no es menos cierto que sistematizó y relevó las causas del  problema y en esa perspectiva parecía una plataforma suficiente para iniciar el proceso de reformas a la Ficha de Protección Social, puesto que en la intención del Comité nunca estuvo el diseño de un nuevo instrumento,  ni el  re-encuestaje total de la población.

La validación administrativa de los datos  reportados, el diseño de un nuevo modelo de cálculo, la incorporación de nuevos índices y el ajuste de otros, la normalización de los procesos de gestión al interior del Ministerio y en conjunto con otros Ministerios, especialmente con las municipalidades; la instalación del proceso de supervisión, la nivelación y normalización de los procesos de levantamiento de información,  la determinación de los costos del proceso y su financiamiento, entre otras materias, constituían tópicos que habían estado en la preocupación original del instrumento, pero que, como muchas otras cosas, no avanzaron durante los tres primeros años de existencia de la Ficha de Protección Social. Sea por lo que fuere el diagnóstico no era novedoso y por lo mismo era ampliamente compartido.         

Pero lo que pudo haber sido el perfeccionamiento necesario de un instrumento de focalización, hecho sobre la base de lo que ya existía, se convirtió, como otros empeños, en tarea fundamental; en otra de las cruzadas por refundar el Ministerio.

Y el discurso moderado del Comité de Expertos mutó en un conjunto de titulares  que anunciaban a partir del 2011 el cambio en 360º grados de una FPS inservible a una Nueva  y Justa Ficha Social. Conocido es en esta refundación el acto casi ritual del Ministro Lavín rompiendo la antigua Ficha frente a las cámaras. Nada más patético a la luz de lo que ha venido ocurriendo: lo cierto es que la refundación hecha sobre la marcha, bajo la impronta, en el camino arreglamos la carga, se les enredó al punto que pone en riesgo su existencia futura.
   
Y como toda Misión requería del sacrificio y adscripción total, no sólo de quienes la acometían, también y por sobre todo, de los socios estratégicos: los municipios; así como la de los propios ciudadanos sujetos de la estratificación. La cohesión interna y la alineación de los funcionarios a cargo de los  procesos en regiones se trabajó sistematizando la participación regular de los encargados regionales en jornadas a partir de las cuales se fue revisando y ajustando el proceso de implementación.

Lo cierto es que ninguna decisión importante pasó por esas jornadas de trabajo y éstas más bien se usaron para validar decisiones ya tomadas, bajo la lógica de la participación. En esta estrategia se utilizó a las regiones para que ordenadamente hicieran la bajada a las comunas y a los equipos municipales,  los cuales finalmente han sido los que han tenido que soportar el peso de un proceso hecho con la absoluta prescindencia de quienes hacen el día a día. La desconsideración a los municipios ha sido grosera, no sólo por la falta de rigurosidad en el  cumplimiento de las  etapas; la carga laboral impresa  en estos años a los equipos comunales ha doblado sus capacidades reales y el Ministerio lejos de transferir más recursos, ha trasferido menos recursos para el encuestaje; porque si bien es cierto que el valor unitario por encuesta ha subido levemente  respecto de los valores históricos cancelados, no es menos cierto que la tarea es hoy significativamente superior al incorporarse un cuestionario que ocupa más tiempo en terreno y una fase de gabinete  previa, como lo es el Registro de Residentes.

La Nueva Ficha ha precarizado el trabajo municipal, promoviendo la contratación de encuestadores, revisores, digitadores, entre otros,  con remuneraciones exiguas, lo que ha determinado la  rotación de personal, afectando la calidad de la información y poniendo en cuestión ciertos derechos laborales.

Por otro lado,  los beneficiarios del sistema han sido objeto de decisiones francamente autoritarias, dejando sus Fichas de Protección Social  sin puntajes, denominándoseles en estado de revisión,  cuestión que a  muchos les ha significado perder beneficios, por el sólo hecho de no haber acudido a la convocatoria para la aplicación de la Nueva Ficha; convocatoria que el Ministerio ha instruido se realice mediante cartas, como si convocar a un proceso, desde ya complejo, fuese tan simple como remitir una carta escrita con códigos centralistas, no necesariamente comprensibles para toda la población.

Pero lo que no deja de llamar la atención es la elaboración de un cuestionario antes de haber definido y rediseñado el modelo de cálculo, ello se explica por la necesidad de mostrar resultados por sobre procesos bien hechos. Bajo la asesoría de otro grupo de expertos se elaboró este cuestionario, por cierto cuestionable en términos de la construcción de las preguntas y los fraseos, documento que recogió en gran medida variables ya contenidas en la Ficha de Protección Social.

Así, se partió encuestando sin saber aún qué variables serían las que finalmente ponderarían. Es curioso que en ésta como en otras materias, no se hayan recogido las propuestas del Comité de Expertos, que estableció un itinerario lógico en el proceso de la Nueva Ficha; esto es, que los bueyes debían empujar la carreta, es decir, que una vez listo el modelo de cálculo, se avanzara en la construcción del cuestionario.   

De otro modo,  el proceso de implementación pareció no considerar las necesarias modificaciones normativas y administrativas que debían estar garantizadas para hacer la transición de un instrumento a otro, especialmente en otros Ministerios y Servicios que se valen de la Ficha para focalizar sus beneficios sociales.

En suma la lista de desaciertos es larga, tan larga como los más de tres años transcurridos desde que el presidente Piñera anunciara en su discurso del 21 de mayo de 2010 el perfeccionamiento de la FPS, un período completo para otra promesa incumplida.

En esta breve columna no alcanzamos a desarrollar cada uno de los despropósitos y los sin sentidos de este proceso, se nos queda el Call Center para la Ficha Social, que posee aristas más complejas, no sólo por representar un modelo ajeno a las necesidades de los beneficiarios, sino también por dimensiones que el tiempo sabrá sacar a la luz y que nosotros observaremos con atención.

Nos gustaría hablar de los Manuales para operadores de la Nueva Ficha (encuestadores, digitadores) en los que se han incorporado sucesivas fe de erratas, demostrándose con ello, la improvisación en esta materia; son más de 7 orientaciones complementarias,  que lo que hacen, es ir llenando los vacíos de un instrumento que utilizó de mala manera el método del aprender haciendo.  

Hoy, cuando junio comienza a enrumbarse en su primera semana, las municipalidades permanecen ignorantes de las razones de esta nueva postergación. El estilo del secretismo en la toma de decisiones que ha sido frecuente, golpea y desconcierta a quienes más informados deberían estar, precisamente los equipos municipales que trabajan cara a cara con la comunidad y quienes hoy, no tienen respuesta frente a las interrogantes de los ciudadanos.

Algunas preguntas  nos surgen de inmediato ante este debut fallido: ¿qué hay detrás de esto? ¿se trata de una simple razón técnica? ó ¿se esconden las causas políticas más complejas? Acaso ¿hay cifras que no están calzando? ó ¿resultados poco convenientes en una coyuntura electoral?


Que cada uno saque sus conclusiones.

Directorio Nacional Asociación de Funcionarios ASOFUMI

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